Ahora se rasgan las vestiduras los que hace no más de dos meses inflamaban su verba defendiendo el derecho de que Vargas Llosa viniera a hacer su brulote antipopulista. Ahí primaba la -de pie por favor- “Libertad de Expresión”.
24/7 estos iluminados viven derramando fecas sobre el medio país que votó (y volverá a votar) a Cristina. Ni qué hablar si un negro cabeza llega a votar lo que ellos denomina “los Barones del Conurbano”, que por el chori y la coca -obviamente- entregan su alma a satanás. No es un “voto de calidad”, según confesara el escuerzo Solanas.
¿Hasta cuándo hay que seguir poniendo la otra mejilla?