miércoles, 28 de julio de 2010

El Regalito de Despedida del "Demócrata" Uribe: La Macarena

En el pequeño pueblo de La Macarena, región del Meta, 200 kilómetros al sur de Bogotá, una de las zonas más calientes del conflicto colombiano, se está descubriendo la mayor fosa común de la historia reciente de Latinoamérica, con una cifra de cadáveres "NN", enterrados sin identificar, que podría llegar a los 2.000, según diversas fuentes y los propios residentes. Desde 2005 el Ejército, cuyas fuerzas de élite están desplegadas en los alrededores, ha estado depositando detrás del cementerio local cientos de cadáveres con la orden de que fueran inhumados sin nombre.

Se trata del mayor enterramiento de víctimas de un conflicto de que se tenga noticia en el continente. Habría que trasladarse al Holocausto nazi o a la barbarie de Pol Pot en Camboya, para encontrar algo de esta dimensión.

Tras el cementerio de La Macarena, a 200 km. de Bogotá, se enterraron miles de cuerpos sin nombre

El jurista Jairo Ramírez es el secretario del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia y acompañó a una delegación de parlamentarios ingleses al lugar hace algunas semanas, cuando empezó a descubrirse la magnitud de la fosa de La Macarena. "Lo que vimos fue escalofriante", declaró a Público. "Infinidad de cuerpos, y en la superficie cientos de placas de madera de color blanco con la inscripción NN y con fechas desde 2005 hasta hoy".

Desaparecidos

Ramírez agrega: "El comandante del Ejército nos dijo que eran guerrilleros dados de baja en combate, pero la gente de la región nos habla de multitud de líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron sin dejar rastro".

Mientras la Fiscalía anuncia investigaciones "a partir de marzo", tras las elecciones legislativas y presidenciales, una delegación parlamentaria española integrada por Jordi Pedret (PSOE), Inés Sabanés (IU), Francesc Canet (ERC), Joan-Josep Nuet (IC-EU), Carles Campuzano (CiU), Mikel Basabe (Aralar) y Marian Suárez (Eivissa pel Canví) llegó ayer a Colombia para estudiar el caso y hacer un informe para el Congreso y la Eurocámara. La situación de la mujer como primera víctima del conflicto y la de los sindicalistas (solo en 2009 fueron asesinados 41) centrarán también su trabajo en diferentes zonas del país.

Más de mil fosas en el país

El horror de La Macarena ha puesto de actualidad la existencia de más de mil fosas comunes con cadáveres sin identificar en Colombia. Hasta finales del pasado año, los forenses habían censado unos 2.500 cadáveres, de los que habían logrado identificar a cerca de 600 y entregar los cuerpos a sus familiares.

La localización de estos cementerios clandestinos ha sido posible gracias a las declaraciones en versión libre de los mandos medios presuntamente desmovilizados del paramilitarismo y acogidos a la controvertida Ley de Justicia y Paz que les garantiza una pena simbólica a cambio de la confesión de sus crímenes.

La última de estas declaraciones ha sido la de John Jairo Rentería, alias Betún, quien acaba de revelar ante el fiscal y los familiares de las víctimas que él y sus secuaces enterraron "al menos a 800 personas" en la finca Villa Sandra, en Puerto Asís, región del Putumayo. "Había que desmembrar a la gente. Todos en las Autodefensas tenían que aprender eso y muchas veces se hizo con gente viva", ha confesado el jefe paramilitar a la fiscal de Justicia y Paz.

"El Gobierno no quiere investigar"

Alfredo Molano. Sociólogo y escritor

Alfredo Molano, uno de los columnistas más influyentes de Colombia, ha recorrido el país como cronista de la violencia, lo que le valió el exilio para escapar de las amenazas de militares y paramilitares.

¿Cuál es la situación de las fosas en Colombia?
La propia Fiscalía General de la Nación habla de 25.000 “desaparecidos”, que en algún sitio tienen que estar. Hay cementerios clandestinos enormes en Colombia. Hay gente borrada. También es posible que hayan hecho desaparecer muchos restos como en los hornos crematorios del nazismo.

¿Estas fosas tienen que ver con los llamados ‘“falsos positivos”?
Sí, todo esto puede estar relacionado con los “falsos positivos” [colombianos civiles asesinados a la que se presentaba como “muertos en combate”]. El ejército los enterraba clandestinamente. Buena parte de ellos van a encontrarse en estas fosas comunes.


¿Cuál puede ser la magnitud de estos hallazgos de fosas?
Terrible. Ni en los años cincuenta hubo en Colombia tanta brutalidad como la que muestran estas acciones de los paramilitares, pero el Gobierno no tiene voluntad de investigar a fondo, y sólo dejará que aparezcan algunas tumbas. Además, los plazos son larguísimos y las dificultades técnicas para las identificaciones, pruebas químicas y ADN son enormes.

Publicado aquí.

PD: Una pregunta final: Alguien se imagina lo que estaría diciendo el "Periodismo In-The-Pendiente"  si estas fosas comunes se descubrieran en..., ponele, Venezuela?

viernes, 23 de julio de 2010

Los riesgos de una oposición irresponsable

Por Juan Manuel Abal Medina*

El politólogo italiano Giovanni Sartori analizó en sus libros el comportamiento habitual de los partidos políticos que saben que nunca llegarán al poder. Según Sartori, sus nulas chances de acceder al gobierno conducen a estos partidos a lo que él llama la “sobreoferta electoral”, es decir, a la multiplicación de promesas grandilocuentes que, de cualquier modo, nunca se verán en la tarea de llevar a la realidad. Estas “oposiciones irresponsables”, como también las llama, no se preocupan por desarrollar programas coherentes ni aplicables; a diferencia de quienes deben conciliar sus palabras con la gestión de gobierno, estas oposiciones pueden prometer alegremente el paraíso terrenal porque nunca deberán rendir cuentas de sus discursos.

El debate del 82 por ciento móvil en el sistema jubilatorio argentino posee características similares a las que describió Sartori. Distintos conglomerados opositores se pelean por ver quién formula las promesas más generosas, sin demasiada preocupación por cómo financiarlas de forma sostenible. Pero lo curioso del caso en cuestión es que muchos de estos opositores no sólo tienen expectativas de llegar algún día al gobierno, sino que ya han ocupado ese rol y nunca intentaron implementar semejantes promesas. Cuando Sartori pensaba en opositores “irresponsables”, se refería a los partidos que nunca habían gobernado y que no planeaban hacerlo; en la Argentina, los opositores irresponsables ya han estado en el gobierno, y eso vuelve aún más llamativas sus promesas: ¿por qué no hicieron nada por aplicarlas cuando tuvieron la posibilidad? Parece que nuestros opositores quieren contribuir al desarrollo de la ciencia política mundial. Son un novedoso objeto de estudio, que ni pensadores de la talla de Sartori habrían podido imaginar.

El monto que implicaría establecer jubilaciones que equivalgan al 82 por ciento móvil del salario significaría debilitar fuertemente las cuentas del Estado argentino, socavando el equilibrio fiscal que nuestro país ha conseguido en estos años. Implicaría volver a las épocas del déficit fiscal y del endeudamiento, que luego concluyeron en default y grave crisis económica y social. Los argentinos conocemos ese modelo y no queremos repetirlo, porque conocemos sus consecuencias.

De todas maneras, es genuino e imprescindible discutir los modos para seguir mejorando la situación de los jubilados. Pero hay que hacerlo con honestidad, reconociendo todo lo que se ha hecho en los últimos años. Con los 17 aumentos otorgados desde el año 2003, la jubilación mínima ha aumentado casi 500 por ciento en este período. A su vez, y gracias a una ley impulsada por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la movilidad jubilatoria está garantizada hoy dos veces al año, eliminando toda discrecionalidad o arbitrariedad en su otorgamiento. Si a esto sumamos la incorporación de 2,5 millones de nuevos jubilados, entendemos por qué hemos logrado disminuir a niveles mínimos la pobreza y la indigencia en los adultos mayores. Por lo tanto, hay que celebrar que se debata sobre la situación de los jubilados, pero siendo claros sobre cómo es la situación hoy y cómo era la situación cuando aún gobernaban muchos que hoy formulan promesas fastuosas.

Finalmente, no hay que olvidar que este gobierno recuperó para el sistema previsional público los fondos de la AFJP. En otros países, la crisis financiera internacional produjo una enorme caída de dichos fondos de capitalización, empobreciendo significativamente a los futuros jubilados y quitando sentido a cualquier sistema jubilatorio: el de brindar previsibilidad para los años por venir. Con la decisión de la Presidenta y la aprobación del Congreso, los trabajadores argentinos están seguros de que sus aportes no se arriesgan en los volátiles mercados financieros. Además, esto ha permitido inyectar fondos a la economía real, a los sectores productivos, a la generación de empleo, a la Asignación Universal por Hijo, y todo sin las exorbitantes comisiones que cobraban las AFJP. Si hoy algunos proponen aumentos aún mayores, es porque este gobierno tomó la decisión de volver a un sistema previsional público, solidario y sustentable.

En definitiva, es auspicioso que debatamos cómo mejorar la situación de nuestros mayores. Pero debemos hacerlo con memoria, con responsabilidad y sin prometer lo que se sabe que no se puede cumplir.

* Secretario de la Gestión Pública.

martes, 20 de julio de 2010

Todo Dicho

(Gracias a Mónica D'Asissi)