jueves, 27 de octubre de 2011

¿Y ahora qué carajos le digo?

Si vieras que lindo que está tu país, flaco, no lo podrías creer. ¿Te acordás cuando asumiste con el 22% de los votos, y jugabas con el bastón? Qué increible. Debo reconocer que en el 2003 yo te voté pero no era un voto tuyo sino en contra de la dupla de innombrables. Todavía no te creía un soto. Qué vas a creer en “los políticos”. El 2001 estaba fresco y la confianza había que ganársela. A pulmón y sin un mango para reparar el desastre que quedó en tus manos. Debo reconocer que durante las primeras horas de tu “triunfo” con el 22, si me acercaban el kirchnerómetro marcaba cero. Cero. Igual que el peronómetro.

Horas después, y como primera medida, te mandaste 23 generalotes al buche. Y las madres y abuelas fueron las primeras que recibiste. Y el cuadrito ¿Te enteraste que ayer el tapón que quisieron ponerle a la historia finalmente voló por los aires? ¿Qué la camarilla genocida entró, ahora sí, a la carcel? Pero bueno, me dirás, yo qué carajos tengo que ver. Si simplemente hice lo que se debía en un país normal. Yo podría retrucarte diciendo que no estábamos en un país normal, sino en un país resignado, deshilachado, triste. Eso nos parecía “un país normal”. La aberración perpetua era el país normal. Ya no.

Mirá flaco, yo no sé expresarme muy bien. Sí, escribir sé, pero eso no alcanza. ¿Porqué no te pegás una vuelta y lo ves por vos mismo? Siento una gran pena por la ingratitud que sufriste mientras estuviste en tu país. Mucha ingratitud. A cuántos les salvaste la cabeza, y el día en que se te ocurrió pedirles un poco, te clavaron un puñal por la espalda. Si hasta festejaron con asados el día en que te sellaron el pasaporte. Mala gente ¿eh? Muy mala gente. También recuerdo haberte ido a visitar al sanatorio en el que estabas cuando por dos veces consecutivas amagaste con irte. ¿Sabé cuántos había haciéndote el aguante afuera? Cinco pibes de La Cámpora y veinte movileros. Las dos veces que fui, ése era el panorama. Nadie.

¿Cómo no hablar de ingratitud entonces? ¿Qué querés que te cuente? Bueno, sí, algo hay para contar, aunque un poco tarde. Desde allá quizás no lo veas, no sé si habrá salido en los diarios, pero parece que Cristina levantó tus banderas y las llevó a la victoria. Como “esa mujer”. Parece que mucha gente por aquí hizo un curso acelerado de “comprensión de textos”, y ahora ya no sólo sabe leer, sino que además comprende lo que lee, escucha y ve. Le significa algo. Y reacciona. Yo incluido.

La pucha, qué lindo es comprender. Ves tantas cosas que antes te comías de un bocado sin siquiera analizarlo… hasta que un día desconfiamos un poquito y le mandamos a hacer un análisis al “agua pura y cristalina” que consumíamos, y parece que en vez de encontrarle arsénico, nitritos y metales pesados, le encontraron mentira en altas dosis, acompañadas de distorsión, falsedad, recortes envenenados, intencionalidad expresa y tanta basura más… Mirá vos. Tan limpia y cristalina que parecía...

¡Si vieras las caras de los falsificadores! No te podés imaginar el veneno que chorrea por las pantallas, el pus que estalla en los editoriales de la nube de pedos en la que viven. Qué mal se vive ahí. Qué vida de mierda que tienen. Aunque sí, seguro, cómo no te lo vas a poder imaginar si lo viviste en primera persona mientras estuviste en la Argentina. Pero es peor, te lo aseguro. Aunque cueste creerlo, es peor. Pero en fin, no vale demasiado la pena detenerse en ellos. Defienden sus intereses desde sus atriles disfrazados de vaya uno a saber qué. Ya está, ya fueron, no valen ni el medio byte que les estoy dedicando. Vuelta de página.

Qué sé yo, flaco, podría llenar tres carillas haciendo el racconto de lo que dejaste antes de salir de viaje. Pero para qué. Si vos y yo lo sabemos. Si medio país ya lo sabe. Pero se te extraña ¿eh? Puta si se te extraña. ¿Porqué no te dejás de joder un poco y te pegás una vuelta por aquí? Dale, no jodas. Te aseguro que la “crispación” quedó confinada en sede editorial. Sólo ahí. El pueblo está con vos.

Bueno, che, te dejo porque me tengo que ir a un homenaje que se hace hoy. Va a estar lindo. Hoy, justo, justo, al cumplirse un año de tu partida. Lo que son las coincidencias ¿No? Qué lo parió.

Chau, flaco. Un abrazo y volvé cuando quieras. No sabés la que te estás perdiendo.

2 comentarios:

CASPA DE MALDITOS dijo...

Mi hiciste lagrimear, hdp
VIVA NESTOR PARA SIEMPRE!!!!!!

Diego Quiles dijo...

muy bueno cumpa

yo tampoco era kirchnerista y miranos...

en mi puta vida lloré tanto por un político

cuatro cachetadas y acomodó a la política, a los votantes, a los periodistas, a la economía

una o dos medidas del gobierno de él y de ella bastan para hacer grande un gobierno

creo que él cambió la historia y afortunadamente nos dejó al cuadro político más brillante que he visto en mucho tiempo que apretó el acelerador del cambio