martes, 18 de mayo de 2010

Hijo de Puta

Los hijos de puta todavía son parte de la condición humana y yo los ofendí en un exceso que me hace pedir disculpas.

Esto declaró un senador de la Nación cuyo nombre no voy a mencionar nunca más porque nombre solo tienen los seres humanos:

“El gobierno cree que los sectores que generan riqueza son cuasi enemigos a los que solamente hay que sacarles en materia de impuestos, retenciones y demás, para luego, desde la Casa Rosada y con la birome en la mano, redistribuirlos en asignaciones universales, clientelismo, planes de cooperativas de trabajo para el Conurbano Bonaerense, que lo único que genera son esos ejércitos que ustedes vieron ayer, paralizar la Capital Federal (...). Algunas herramientas que son buenas en teoría terminan (por esta concepción de clientelismo) desvirtuándose en el camino.


En el Conurbano Bonaerense la asignación universal por hijo, que es buena, en términos teóricos (…) se está yendo por la canaleta de dos cuestiones (…) el juego y la droga. Usted advierte del dos al diez (cuando ingresan en esos bolsones la plata de la asignación universal) como aumenta la recaudación de los bingos y de los casinos y, como se nutre el circuito ilegal de la droga a través de la plata que recaudan los famosos dealers de la droga”, continuó.

Como el regurgito de esta lacra está expresado en forma de pensamiento voy a ensayar respuestas en voz alta para que nadie siquiera ose morigerar sus inmundicias. La asignación universal por hijo no movió la aguja de bingos ni de dialers ni hay números de procedencia alguna que sostengan lo que profiere este sorete. Sí sabemos, con referencias fácilmente asequibles, que la matrícula escolar incremento un 25 por ciento y que los programas de vacunación se extendieron al ponerse como condición de cobro. Lo primero como prueba de la dignidad de nuestro pueblo, lo segundo como calificación de la asignación como política pública.


No me desdigo, si lo hiciese cometería el error de esta mañana en la que la indignación superó mi escasa cordura profesional. Entonces, sin comprender el estado bestial de este individuo le dí una categoría que, aunque abyecta, es todavía una categoría humana: hijo de puta. Ni eso. No es siquiera una mierda de persona. Que me perdonen los verdaderos hijos de puta.

Tato Contissa

6 comentarios:

Diego Quiles dijo...

mierda, hijos de puta, basura...
lo que sea, pero que hablen y sean todo lo cínico que son.

eso a la larga los expone.

peor es cuando te la venden cambiada y adornada comos los verdaderos hijos de puta que piensan eso pero ante un micrófono no lo dicen.

las bronca los sincericida.

Sujeto de la Historia dijo...

Obviamente esto nos indigna, pero ¿nos sorprende ?

Creo que pocas veces en la historia está tan claramente definido si uno está de un lado o del otro...
Un Abrazo

Udi dijo...

"Los piones, dijo un dotor,
no son hombres delicaos
a ellos no le hace el dolor,
porque están acostumbraos.

El sueldo de un pión carrero
nunca se debe aumentar,
pá qué valore el dinero
y no aprenda a malgastar"

Luis Quijote dijo...

Quizá este individuo tenga cifras exactas sobre el dinero que se va por las canaletas que menciona.

Si las tuviere, correspondería averiguar si tiene, entre sus asesoretes, algún Ciro James o Fino Palacios haciendo exacciones ilegales.

También podría tratarse de un narco que aumentó las ventas.

Severian dijo...

Es mucho peor que un Hijo de Puta: es un Soberano Pelotudo. Por varias razones, entre ellas una no menor es exponerse de ese modo al escarnio y seguir hundiendo aún más a su partido (si tal cosa fuere posible).

Y ya se sabe que a los HdP se los puede redimir, a los pelotudos en cambio "lo que natura non da"....

daniel dijo...

Hay ocasiones en que los soretes como éste, se dejan ver recortados sobre el horizonte, sin escenarios ni teatralidades... en toda su brutal hijaputez.
Gestionar y defender el Proyecto Nacional y Popular es la tarea.
Las almejas (animalitos que se entierran con la lengua) nos ayudan a separar la paja del trigo... y a los otros, a los soretes que se esconden en las sombras del poder real y en los discursos neutros, pongámosle el reflector.

Tato, un abrazo desde Chacabuco